El artículo 13 del Parlamento Europeo

¿De qué va esto?

¿Te imaginas que YouTube NO pudiera ser usado en Europa para la mayoría de los creadores y sí en el resto del mundo? Pues atentos, que las grandes corporaciones de la creación, como discográficas, sociedades de autores,… están moviendo hilos para que los políticos europeos creen, de forma encubierta, un escenario de restricción, prohibición y, sobre todo, control sobre ciertas libertades fundamentales.

¿Cómo empezó todo?

Internet y los derechos de autor son criaturas prácticamente gemelas en lo que se refiere a la fecha de nacimiento. Por un lado, la aparición de la Red global ha propiciado que muchas personas hayan usado contenidos de terceros de forma incorrecta produciéndose un claro perjuicio económico en bastantes casos.

Internet sinónimo de compartir

Indiscutible! Y nacieron nuevas formas de compartir contenidos para permitir su difusión y uso. Nuevos tipos de licencias, nuevos entornos de trabajo colaborativo, nuevas concepciones sobre la creación más cercanas al espíritu de libertad que al de restricción.

Habrá que explicarlo ¿no?

Sí, para ello se generó un tremendo despliegue pedagógico sobre la conveniencia de ser respetuoso con contenidos de terceras personas y de generar contenidos abiertos. Ambas posiciones e intereses deberían estar condenados a convivir, la restricción jamás podrá establecer límites sobre el uso privado de contenidos y el intercambio personal.

¿Hemos avanzado?

Ya lo creo, y mucho; Internet no es lo que era en este aspecto, cada vez es más difícil encontrar usos indebidos de material, e incluso el derecho de cita es impedido en muchos casos precisamente por la sensibilidad que los servicios web tienen con los derechos de autor.

¿Cuál es la jugada?

Pues muy sencillo, el Artículo 13 pretende que ya no haya que estar pendiente de los usuarios que publican en Internet; que no sea necesario decirles que no están respetando los derechos de autor; que no haya que denunciar a quien esté robando contenidos.

Lo que dice el Artículo 13, tal y como el Parlamento Europeo lo quiere parir, es que sean los servicios Web (YouTube, Facebook, Instagram,…) los que deban asumir la responsabilidad que los contenidos que publican sus usuarios son respetuosos con los derechos de autor.

Pero oye, eso tiene sentido ¿no?

Tiene sentido, claro que sí, que esos servicios «vigilen» que sus usuarios lo hacen bien; de hecho lo hacen ya. Por ejemplo, prueba a subir un vídeo con música actual a ver lo que dura.

Entonces no entiendo el problema.

Pues está claro; el problema viene porque esos servicios ya no solo tendrán que vigilar que se cumpla la Ley, sino que cargarán con la responsabilidad si sus usuarios no cumplen. Viene a ser como si el dueño de una cafetería fuera el culpable de que un hombre maltrate a una mujer en su local.

¿Y?

Al ser los servicios los responsables, los filtros automáticos de control, al ser imprescindibles, serán implacables con casi todo lo que se publique para no cargar con culpas ajenas. Será casi imposible publicar contenidos para personas sin apoyo profesional que tenga que estar continuamente demostrando que lo que se está haciendo es lo correcto. Será de alguna manera el fin de Internet tal y como se entiende hoy en día… y solo será así en Europa.

Y por si te ha sabido a poco…

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