La Universidad española funciona perfectamente

Ya estamos hartos de inútiles debates en torno al sistema educativo en enseñanzas obligatorias; venimos haciendo las cosas al revés desde hace décadas: primero legislamos, luego desarrollamos y, por último, debatimos para concluir que los niños saben menos que antes, y que la culpa de todo la tienen «los otros«. Yo, al menos, y por mucho que me duela decirlo de esta forma, estoy hasta los depósitos de la sustancia necesaria para participar en un proceso de fecundación propio de la raza humana.

Pero no preocuparos, en el nuevo debate sobre la «Educación para la ciudananía» se encuentra el aspecto esencial que marcará un antes y un después en el grado formativo que nuestros alumnos podrán conseguir en el seno de nuestro sistema educativo.

Pero menos mal que en España la Universidad funciona perfectamente y no es necesario plantearse ningún cambio, ni debatir sobre el estado de la cuestión, ni inventar leyes de Reformas Universitarias cada cuatro años:

1.- El acceso a la carrera docente es limpio y para nada influyen las relaciones departamentales, ni personales, ni de amistad.

2.- En las Universidades españolas se mima la función docente y es muy alta la preocupación por la formación de los alumnos.

3.- Se diseñan procesos formativos acordes con las necesidades del mercado laboral y se generan diseños curriculares en los que la formación del alumnado vaya más allá de proporcionar manidos manuales escritos por los profesores (pasados por la taquilla de la SGAE) y convocarlos para el día del único examen.

4.- La investigación y los procesos I+D de calidad españoles se encuentran totalmente focalizados en la Universidad y desde ésta se fomenta un desarrollo empresarial acorde con este siglo.

5.- El sistema meritocrático basado en publicaciones parasitadas de becarios y tesis departamentales, apoyadas en manidas publicaciones de consejos de redacción que visitan un par de veces nuestra costera universidad, ha quedado completamente abolido de lo cotidiano.

6.- Todo el magnífico saber que, con dinero público, se engendra en las Universidades españolas, se pone inmediatamente al servicio de la sociedad para que pueda ser de utilidad en todos los campos que lo puedan ser.

7.- En ningún caso se escoran intencionadamente estudios hacia determinadas posturas políticas o económicas.

8.- El espacio superior de convergencia europeo, o como contra se llame, que pretende integrar las Universidades Europeas en un marco común donde la tecnología se convierta en una verdadera facilitadora de los procesos de enseñanza universitaria, está siendo acogido con unos muy buenos ojos por el profesorado universitario.

9.- Pero sobre todo, se sobrevalora el avance que nuestra sociedad pueda tener en conocimiento científico y humanístico, muy por encima de los ejercicios de escalada de poder, codazos y empujones incluidos, para intentar llegar a lo más alto de un sistema meritocrático basado en elementos que cada día van perdiendo más validez.

Seguro que tú eres capaz de completar el decálogo, ¿verdad?

7 comentarios en «La Universidad española funciona perfectamente»

  1. España no tendría una de las mejores ligas de fútbol de Europa y del Mundo si sus equipos profesionales estuvieran compuestos sólo por españoles. Su calidad se debe a la multiculturalidad de su política de fichajes.

    Por desgracia, la universidad española no ha aprendido la lección y en vez de atraer a los mejores del mundo, independientemente de su raza, religión y creencias políticas, ha hecho gala de su cara más chovinista: España pa’ los españoles.

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  2. Decía un personaje de Frank McCourt en ‘Lo es’: «…tiene muchas veces la impresión de que ha cometido un error al no dedicarse a la enseñanza universitaria, en la que vas por la vida pensando que cagas buñuelos de crema y sufres si tienes que dar más de tres horas de clase cada semana. Dice que podría haber escrito una tesis doctoral de camelo sobre la fricativa bilabial en el período medio de Thomas Chatterton, que murió a los diecisiete años, porque esas son las mierdas a que se dedican en las facultades, mientras los demás defendemos el frente ante unos chicos que no quieren sacar la cabeza de entre los muslos y ante unos supervisores que están satisfechos con tener la cabeza metida en el culo».

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