Las claves de la velocidad lectora

En los últimos tiempos, estamos viendo crecer de manera significativa la preocupación, en ámbitos docentes, sobre la capacidad lectora de nuestros jóvenes, no sólo desde la perspectiva de la velocidad lectora sino, sobre todo, de la capacidad de interpretación que muestran a la hora de enfrentarse ante un texto.

Vamos, si lo queréis más claro, puedo explicarlo diciendo que la frase más escuchada en las Salas de Profesores de los Centros Educativos es «si es que no se entera de nada de lo que lee».

Ante esto, podemos realizar los análisis tecnófobos habituales («el problema lo tienen las videoconsolas y la tele»), los suprapedagógicos («¿a qué se habrán dedicado los profesores del nivel anterior?»), los sociales («la familia ya no es lo que era») o incluso los científicos:

La Universidad de Nueva York ha publicado un estudio (disponible en PLosone), del que se hacen eco en Scientific American, donde se describen los tres procesos mentales que intervienen en la descodificación de textos, sobre todo en lo referente a la velocidad lectora. Una de las más llamativas conclusiones del estudio es que cada uno de los tres procesos actúa de manera bastante independiente del resto, lo que nos puede permitir trabajarlos por separado en aras de mejorar la capacidad lectora de una persona. Aquí, sería por tanto, donde más repercusiones podría tener esto en educación.

leer
1.- «El fonético se encarga de hacer traducir las palabras en sonidos desde una perspectiva física. Al parecer, este proceso tiene una importancia del 62% en la velocidad lectora.

2.- Otro proceso trabaja mediante el uso de pistas contextuales, es decir, el texto que precede a las palabras que estamos leyendo pueden ayudarnos a predecir las siguientes: 22%.

3.- Reconocimiento holístico de las palabras, es decir, la capacidad que poseemos de reconocer las palabras como un todo independientemente de las letras o sílabas de las que está compuesta: 16%.

Curioso resulta el proceso de investigación, moviendo palabras, capitalizando letras, suprimiendo otras o alterando su orden.

Tienen que ver con esto:

5 comentarios en «Las claves de la velocidad lectora»

  1. me interesa tu trabajo de investigacion para fundamentar mi tesis de magister que cuenta con una variable llamad conciencia fonológica para el desarrollo de velocidad lectora.¿esto seria para ti el factor fonético?

    Responder
  2. ¡Muy interesante!, yo me inclinaba por el reconocimiento de frases y el contexto como los factores clave. Y esto parece probar que es la fonética lo que más pesa, aunque los otros dos factores son clave para determinar la velocidad lectora por lo que supongo que también el placer de leer.

    En todo caso me da que pensar, ¿será que leemos poco en voz alta?. Al disociar la lectura de la voz, ¿estamos empobreciendola?.

    Responder
  3. Muy interesante lo que comenta Mike, creo que tiene mucha razón.

    Para mi el problema tiene su origen en que no se fomenta la lectura. Hace un par de meses recomendé a la madre de una alumna con tremendos problemas de comprensión lectora que hiciera a su hija de doce años socia de la biblioteca infantil (tienen libros, música, vídeos…). La respuesta de la madre fue que ahora que llegaba el verano tampoco era plan de que su hija se aburriera leyendo. ¿?

    Responder
  4. Aníbal, felicidades por tu extraordinaria página que suelo leer a través del planeta de la Cordobapedia.

    No puedo dejar pasar esta entrada ya que como lector compulsivo desde pequeño, me gustaría que la gente joven leyera más libros pero constato que esto no es así.

    Mi sobrina es una chica de sobresalientes, pero prefiere chatear a leer libros: …es que me aburre leer.

    Yo creo que además de lo que tu aportas, uno de los motivos es que los padres no dan ejemplo a los hijos (¿cuántas viviendas se ven por la tele que no tienen ni la guía telefónica?) pero en los colegios (al menos en mi época, disculpa si yerro) lo que nos mandaban leer era justo lo que hacía falta para odiar la lectura.

    Yo he descubierto (como todos) libros que al leerlos ya de mayor pensé: si esto se lo hubieran dado a leer a los de mi época seguro que se habrían aficionado como yo.

    Quizás lo que haga falta es repensar qué les obligamos a leer a nuestros hijos o alumnos ¿no?

    Brevemente te cuento una experiencia: Servicio militar en Ceuta. Yo de alférez de IMEC que me toca mandar la instrucción de 200 reclutas. Allí no había mucho que hacer por las tardes-noches y apenas había pases pernoctas por que casi todos eran de fuera. Edad mayoritaria los 18 a 19 años. El número de universitarios no llegaba a 10. Estos universitarios me piden permiso para no apagar la luz tan pronto (era agosto) y así poder leer en las camas. Le doy permiso a condición de que el resto no monte líos. A los pocos días me veo a los universitarios buscando libros por la biblioteca del cuartel, sacando tebeos de Mortadelo…y cuando pregunto que si a estas alturas esa es su lectura me responden que no, que son sus compañeros los que se han extrañado de que puedan pasar horas leyendo y que si eso era divertido. Empezaron a leer (algunos silabeando en voz alta, a otros enseñándoles a leer!!) y se oían risas como niños chicos de chavales que por primera vez leían a Mortadelo, gente leyendo Los 5 de Enid Blyton, intercambiándose los libros. Bien es verdad que solo logramos que leyeran unos 60 todas las noches pero eso era mucho más de lo que yo esperaba (otros se aficionaron al ajedrez).

    ¿Los tebeos forman parte en algún momento del proceso de aprendizaje de la lectura? ¿se incluyen en los cursos de ahora por ejemplo la lectura de Harry Potter? ¿Qué libros «obligan» a leer hoy en día?

    Por cierto, tengo peleas con mi hija de 6 años por que quiere leer en la cama por la noche más de la hora permitida. Lee tebeos, libros infantiles, incluso me tomó prestado la biografía de Miguel de Cervantes aunque reconozco que la dejó por que el vocabulario no estaba a su alcance aún, pero me gustó el gesto y el esfuerzo de intentar leer 5 páginas preguntándome el significado de muchas palabras. Igual cuando sea mayor odia la lectura, pero ahora yo no la obligo y es ella la que me pide consejo y se los doy.

    Responder

Deja un comentario