Hace justo 10 años tuve la suerte de trabajar en un proyecto de la Fundación Telefónica junto al antropólogo premio príncipe de Asturias José María Bermúdez de Castro. Es conocido, sobre todo, por codirigir el importantísimo yacimiento de Atapuerca, del que que tan valiosa información está aportando sobre el origen de nuestra especie.
Pues bien, Bermúdez ha sido nombrado hace unos días académico de la RAE ocupando el sillón de la K mayúscula, lo que demuestra que las ciencias y las letras no están tan alejadas una de la otra. Para mi gusto, su discurso de ingreso es un maravilloso alegato al valor que la cultura tiene para el ser humano.
No, los seres humanos no somos evolutivamente tan especiales como nos pensamos, compartimos por encima del 99% de material genético con los chimpancés. Pensamos que la política, la justicia o la cooperación son elementos exclusivos de nuestra especie; y no, son cuestiones presentes también en los primates, tal y como ha demostrado la ciencia.
Es la plasticidad de nuestro cerebro lo que realmente nos diferencia de los simios y es lo que nos permite aprender como lo hacemos. Nuestra creatividad es la que construye nuestro patrimonio cultural que se enriquece con el paso del tiempo, generación tras generación, sobre todo gracias a la pintura, escultura, la literatura, la arquitectura, etc. etc.
Y no nos cabe duda de lo necesarias que son instituciones como el Ateneo Científico y Artístico de Palma del Río, para que se conjugue esa necesaria integración entre ciencia y cultura, se necesita, lo necesitamos como especie.
Salud para todos!!!