Comienza a mi partiipación, como profe invitado por Carlos Marcelo, en un curso de postgrado de la Universidad de Sevilla, donde durante tres semanas estaré dando un poco por saco en un módulo sobre plataformas y web 2.0 en elearning. Justo al principio, cuando los alumnos comienzan a descubrir las bondades de las plataformas, llega el tío haciendo ruido:
Veo que estáis analizando las bondades de las plataformas e intentando sacarles algo de rendimiento educativo; se ve que os sentís cómodos en ellas y seguro seréis capaces de sacarle un buen partido. Pero no creáis que todo el mundo piensa así; en los últimos meses estoy viendo una corriente de opinión, asociada normalmente a sectores innovadores, que creen que el uso de plataformas encorseta demasiado los procesos.
Existen muchos procesos educativos que se han tecnologizado a través de las plataformas pero que se han limitado a colgar un par de PDFs y algún foro o cuestionario. Incluso con un uso acertado, esta corriente piensa que la plataforma limita mucho la capacidad creativa de los procesos educativos, que la educación es algo que puede ocurrir en cualquier momento y lugar.
Como exponente algo extremo de estas ideas, podemos citar el movimiento edupunk, que ve en las plataformas una especie de control institucional sobre docentes y alumnos, por lo que promulga el desarrollo de procesos educativos a través de herramientas y contenidos 2.0, abiertos.
¿Qué pensáis vosotros? ¿Creéis realmente que las plataformas encorsetan y limitan la creatividad?
Bueno, el debate está servido.
Empecé a escribir este comentario sobre un tema que me toca muy de cerca, y como me extendía demasiado lo acabé convirtiendo en una entrada de mi Blog. Podéis leerlo en:
http://ardao.blogspot.com/2009/11/un-comentario-sobre-la-idoneidad-de-los.html
¿En serio existe este debate?
Tal y como ha comentado un compañero, estamos confundiendo las herramientas con el uso que les demos.
la plataforma es sólo una herramienta, por sí sola no encorseta el método de enseñanza (y por ende la forma de aprender).
De hecho podemos utilizar una plataforma como moodle y poner en práctica todas las posibilidades y servicios de la Web 2.0 que nos ofrece. Construir un contenido acorde con los principios del conectivismo donde se promulga la investigación y conexión de aprendizajes entre todos,…
Saludos.
Joan, ¿cuántos estudiantes tienes en un curso académico? Yo unos 150. No puedo gestionar razonablemente unas 15 entregas de proyectos, en grupos diferentes para cada asignatura con 150 estudiantes por Gmail (mucho menos por Google Wave :-D).
Claro, para 20-25 alumnos por grupo, cualquier cosa vale, hasta hotmail O:-D
llevo cuatro años comunicándome por gmail con mis alumnos de la ESO, TODOS tienen acceso a Internet en casa, trabajamos sobre google docs.
He hecho un curso «en » Moodle, no uso para nada Moodle, ni ningún tipo de blog con mis alumnos pero estoy haciendo un curso telemático de Moodle.
Y me da una pereza……..
y encima acaba de llegar WAVE!.
Pues nada arreando, que es gerundio. Aquí uno que se baja del burro (perdón, del carro). José Luis lo explica muy bien, y para ese viaje, no hacían falta estas alforjas. Quien no vea la deriva del sistema educativo, es que no ve tres en un burro, comprensible porque la nómina perenne deslumbra con su resplandor.
Y nada, arrieritos somos, y en el camino nos encontraremos. O no.
Otro apunte: Moodle es un aeropuerto: href=»http://zaidlearn.blogspot.com/2009/11/moodle-is-airport-not-total-solution.html.
Gran debate, enhorabuena a Anibal por proponerlo y al resto por las aportaciones 🙂
En verano estuve dándole vueltas a este mismo asunto (http://www.slideshare.net/txipi/education-in-the-20-bazaar-iadat-e2009-paper) y llegué a la conclusión de que hay herramientas que están pensadas para hacer estructura y otras para potenciar la creatividad o la comunicación.
Me encanta la idea del «campamento base». Creo que las plataformas deberían ser eso, un sitio desde el que partir a otros lugares más interesantes. Si en esas excursiones nos perdemos, siempre podemos volver al campamento base y probar con otra.
Pero hay que tener cuidado, porque ese campamento base puede convertirse en el campamento Krusty, donde Bart y Lisa tuvieron que amotinarse para poder escapar de la tiranía de sus cuidadores.
En este sentido, los wikis (salvajes o domésticos) también pueden servir como columna vertebral del resto de herramientas, aunque veo que es más difícil pasar del libro al wiki que a la plataforma. Así que para el 90% (restando el 5% de rapidillos y el 5% de apalancaos) de gente, las plataformas son un buen sitio donde acampar.
Qué siga la fiesta 🙂
Los comentarios hacen extraños compañeros de viaje. Agradeciendo lo de «acertadísima metáfora» de E., no seré yo de los que gritan «¡vivan las caenas!», que, no sé por qué, me suena a otro «¡viva la muerte!», que tampoco comparto. Mi comentario era más… «machadiano»: no importa el «carro» en el que vayamos, sino el camino recorrido. Y se hace camino al andar, no hablando de «carros», (o plataformas).
Y recordando otra metafórica imagen que aportó Juanjo Muñoz en un CIO ( http://bit.ly/1aUtqd ), en lugar de carro, podríamos hablar de que aún queda sitio en la barca educativa (http://bit.ly/T9HOe ). Pero habrá que remar, y como pone en el dibujo, creo que es una cita de Einstein:
«Si quieres que algo cambie, cambia algo. Si haces lo mismo de siempre, tendrás lo mismo de siempre».
José Luis, hago la pregunta para iniciar la reflexión en un contexto donde se da por bueno el uso de las plataformas en cualquier contexto.
Pero de hecho, mira este comentario mio…
http://www.adelat.org/index.php?title=comentario-sobre-plataformas-apertura-y-edupunks&more=1&c=1&tb=1&pb=1#c4943
Has intentado hacer esa pregunta fuera de un ambiente de «early adopters»? La realidad del profesor «medio», o sea, del 80% es que no saben o no quieren dar una clase (sin tecnología) sin guía del profesor, con su correspondiente solucionario, programación, etc. facilitada por un tercero.
Cuando esos profesores den el salto a utilizar tecnología, seguirán necesitando una «guía» para sentirse más seguros y seamos francos, trabajar menos. En ese contexto, plataformas? imprescindibles…
Yo diría que en educación estamos en un punto de no retorno; el que quiera seguir tirando del carro -metáfora acertadísima del Sr. Villarrubia- lo hará igual que los que llevaron como mulos a Fernando VII al Palacio Real de Madrid al grito de «Vivan las caenas»: http://curistoria.blogspot.com/2008/01/vivan-las-caenas.html
Las cartas están ya sobre la mesa, y la nómina tira mucho. La mala noticia para los mulos es que el chiringuito igual no es tan sólido como piensan. La naturaleza humana no cambia, eso fijo.
Hay a quien le gusta poner palos entre las ruedas del carro, y a veces somos nosotros mismos/as.
Un carro siempre será un carro. Grande, pequeño, rápido o lento. Lo importante es donde queremos que vaya y quien tire de él.
Pues así son las plataformas para mí: un carro. Lo podemos guardar en un garage y dejar verlo sólo a unos pocos, o sacarlo al campo y llevar a cuantos quieran.
Eso último requiere más esfuerzo. Saludos.
Estoy con Iñaki al 100%.
Estamos hablando de educación, ¿no?. ¿Es que nos estamos olvidando de lo más importante? Lo importante no es si utilizamos libro o cuaderno, o explicaciones en una pizarra analógica o digital, o si les doy clase en un aula pintada de blanco o de rosa, o si utilizo Moodle, Bloger, Ning o Null. Lo importante es que lo que hagamos lo hagamos bien es decir que les enganche y aprendan (a ser posible haciendo).
Hola todos
La semana pasada en Argentina tuvimos el congreso VirtualEduca 2009, y hubo aqui y alla comentarios sobre la controversia libre/no libre, abierto/cerrado, Edupunk/…. ? (no se que poner en contrapunto…)
Al menos mi experiencia de trabajar con plataformas, tanto en formato semipresencial coo 100% virtual, es que ordenan algunos aspectos (lo mencionaba Anibal como que los estudiantes saben que pueden ir alli a buscar recursos, retroalimentacion, etc) y al mismo tiempo endurecen algunas prácticas
No tanto de los alumnos, pero si de los profesores que se habituan y sobreadaptan a las plataformas.
Entonces se autolimitan, y te dicen «eso no lo uso porque la plataforma no lo soporta» o «pero para que usen tal aplicacion deberan salirse de la plataforma»…un pecado capital!! Para eso se loguean! para estar DENTRO!!
Y eso, de veras, es lo que mas me asusta y me molesta.
Yo dicto una materia en un posgrado que EXIGE que los alumnos SALGAN de la plataforma. La objecion de la coordinacion era lisa y llana «¿como controlamos que estén alli haciendo lo que deben?»
Coincido tambien con Juan José cuando dice «es imposible avanzar si un grupo de personas no se dedica a experimentar»
El problema es cuando uno se dedica a experimentar y se convierte en una especie de Che Guevara de la sacrosanta comunidad del login…
Muchas veces, no se trata de si la plataforma abre o clausura, lo dijo con clara humildad Juan Fernandez «Claro que el problema podía deberse a mí y no a moodle.»
O a la propuesta didáctica
O a lo que institucionalmente se espera
O a las prácticas arraigadas…
Creo que se puede avanzar hacia modelos donde las plataformas no encorseten, sino que complementen sin pretender abarcarlo todo.
Saludos, desde el sur del mundo
VeRa
De pequeños nos preguntaban: ¿a quién quieres más a tu padre o a tu madre? Pues este debate es igual de incomprensible para mi. Yo uso la plataforma como punto de encuentro, como «campamento base» y no tengo ningún problema en integrar cualquier recurso 2.0 o cualquier red social si tiene sentido para lo que pretendo hacer. Es como quien desde el aula prepara una salida al monte: puede ser un día de diversión o una visita con finalidad científica. Y la verdad no creo que las plataformas sean necesariamente «contol, orden y jerarquía». Lo cierto es que las plataforma no conllevan en si mismas un cambio metodológico, pero por lo que veo las redes sociales tampoco necesariamente.
Y sobre redes sociales me remito a un artículo reciente de Pedro Villarrubia en Discentia, porque es un concepto en el que otra vez se confunde el soporte con su uso.
Interesante tema, gracias por plantearlo.
Estoy con Iñaki Arenaza, no creo que se deba confundir herramienta con sus posibilidades y su uso.
Además ¿no creeís que en el «remix», en la remezcla, está el puntillo?
Saludos, yo soy de la opinión de que suelen encorsetar.
Desde mi experiencia con las plataformas. Al principio parece que ofrecen solución. Pero conforme pasa el tiempo te ves como «DENTRO DEL ARMARIO».
Es entonces cuando decides salir y completar tu práctica docente con herramientas más libres y que no te impongan restricciones ni encorseten la creatividad.
Creo que en esto tiene que ver el ritmo de adaptación de las plataformas, que no consiguen introducirlas.
Un ejemplo es el caso de los «wikis domesticados» de las platafomas y los «wikis salvajes» que ofrece la web 2.0. No hay color…
Yo personalmente me inclino por una solución mixta para crear un entorno prsonal para que cada alumno y también el profesor sean libres de incorporar lo que necesiten….
Un abrazo grande
La educación hasta ahora siempre ha sido un corsé… ahora, cambiar este concepto que mueve todos los cimientos (instituciones, educadores, evaluaciones, … es una tarea cuando menos «no sencilla». De todas las maneras, creo que la ruptura de este corsé es un tema inevitable y es una cuestión de tiempo. Creo que es como poner puertas al campo. Otra cosa es cómo hay que articular la educación dentro de este nuevo paradigma… eso se lo dejo a Aníbal para otro post 😉
Interesante debate, Aníbal. Da para mucho, desde luego. Su bien es cierto que las plataformas pueden no encorsetar el aprendizaje y la innovación, la realidad es que tienen algunas limitaciones insalvables así como ventajas ineludibles.
Una plataforma por definición es cerrada. El control está en el lado del profesor, el resultado del aprendizaje queda subsumido en la propia plataforma y no ayuda a construir una identidad digital. Tampoco, hoy por hoy, favorecen el aprendizaje social, aunque están en el camino. Por otra parte, su uso tiende a estandarizar y cerrar los procesos de enseñanza. En definitiva, aunque supone un avance, en mi opinión, frente a otras prácticas, acaba siendo como un «libro de texto versión TIC», lo cual confía al profesor mucha seguridad y estructuración de la materia pero puede quedarse en prácticas que evocan la misma forma de dar clase sin usar la plataforma: véase PDF por fotocopias; véase foro, por debate en clase; véase actividades, por ejercicios, véase cuestionario por examen…
Durante los últimos tres años usé Moodle con entusiasmo, combinando un wiki y alguna otra herramienta. Este curso he dado descanso a Moodle y he vuelto a herramientas abiertas que propician una trabajo más creativo, que propician la construcción de una identidad digital del alumnado y, sobre todo y lo más importante, le dotan de competencias digitales concretas que con la plataforma se desarrollan poco.
En definitiva, no es capricho el uso de herramientas abiertas y flexibles, son la base para conseguir que las competencias digitales sean adquiridas por los alumnos.
Seguiremos debatiendo.
A riesgo de ser el abogado del diablo en este diálogo, creo que seguimos confundiendo las herramientas (las plataformas en este caso) con el uso que les demos.
Se puede usar Moodle (¡includo BlackBoard!) y ser perfectamente edupunk. No creo que el matiz esté en si usamos un LMS o un PLE o un DIY(*). Usar un LMS no significa que tengamos que usar planificación y calendarización cerrada, contenidos pre-construidos en SCORM, evaluación en base a cuestionarios y exámes escritos. Puede que sea lo habitual, pero desde luego no es la única posibilidad.
Y conviene no olvidar de donde vienen las siglas LMS: la M es de ‘management’. Es decir, son sistemas orientados a _gestionar_ el aprendizaje, y no necesariamente a que éste se produzca.
Y me pongo el traje ignífugo para lo que pueda venírseme encima 🙂
Saludos,
Iñaki.
(*) Do it yourself 🙂
Anibal, a mí me asustan las evoluciones intermedias. Suelen ser coartadas que terminan por acabar con la evolución en lugar de en evolución.
De acuerdo totalmente con Juan José: es imposible avanzar si un grupo de personas no se dedica a experimentar.
Como anécdota, dejé de usar moodle cuando un estudiante me comentó -yo les había dicho que probarías un enfoque innovador- que él lo veía igual que cualquier clase tradicional solo que presentada en envoltorio más amigable. Claro que el problema podía deberse a mí y no a moodle.
Las prácticas innovadoras son el tren que encabeza cualquier práctica que después sea extensible y reproducible por los demás.
Como dice María, algunas de ellas se quedarán en el camino, yo diría «muchas de ellas». Pero es imposible avanzar si un grupo de personas no se dedica a experimentar. Y de ahí surgirán prácticas que después otros las podrán aprovechar.
Claro, claro, por supuesto, coincido contigo plenamente. Quizás no me explicara bien, lo que pretendía expresar es que llevamos demasiados años esperando que se produzca esa permeabilidad y cada vez soy mucho más pesimista en que se produzca. Por eso pienso en evoluciones intermedias que cambien las cosas, al menos lo suficiente. Si luego se producen extensiones de sectores innovadores, culturales,… pues infinitamente mejor 😉
Esa extensión hay que forzarla, hay que abrir grietas desde dentro, como muy oportunamente demandaba Pedro:
http://www.zemos98.org/simposio/spip.php?article132
Aníbal, las prácticas innovadoras deben ser replicables y extensibles si queremos que haya una evolución. Lo contrario es admitir que la educación se va a quedar anquilosada en las prácticas de siempre (y desgraciadamente esa es la realidad)
No todas las prácticas por ser innovadoras son eficaces o extensibles, y muchas se quedarán en simple experimentación, en prácticas aplicables sólo en contextos muy concretos, etc. Pero algunas de ellas sí pueden ser extensibles y admitidas por la mayoría del profesorado si al experimentarlas consigue logros educativos. La evolución debe ir por ahí.
De todas formas, en este debate sobre «el dilema de la apertura» creo que volvemos a caer en un error que viene siendo constante en los últimos años en diversos contextos educativos: de forma intrínseca estamos manteniendo que las prácticas innovadoras son perfectamente replicables y extensibles. Y yo creo que dinámicas innovadoras en manos de sectores mayoritarios pueden ser contraproducentes.
Por ejemplo, en el ámbito en el que me muevo, de las enseñanzas online es impensable el desarrollo sin plataformas. Si hay un pequeño sector del profesorado que quiera salirse hay que apoyarles incondicionalmente casi, pero paea el 90% restante el modelo alternativo, a día de hoy, no sirve.
Una, no estoy de acuerdo contigo.
Las aplicaciones informáticas son para el uso general. Decir que el profesorado no está preparado para usarlas porque no son informáticos es un error, pues no son herramientas diseñadas para el uso específico de gente con grandes conocimientos técnicos, sino para cualquier persona.
Para mí el problema no es técnico, sino pedagógico.
Al igual que no hay un libro de texto perfecto para cada grupo de alumnos no hay una plataforma perfecta, lo más normal es que esa plataforma no se adapte al completo a lo que el profesor necesita porque cada grupo, cada curso, cada alumno, cada contexto es diferente.
El problema de las plataformas es que son lo que son y tienen las funcionalidades que tienen, dentro de eso hay un margen para ser más o menos creativo en cuanto actividades y propuestas pero tienen una estructura rígida. Si la estructura fuera flexible existiría otro problema porque una estructura flexible siempre es mucho más compleja. A más posibilidades mayor curva de aprendizaje y el profesorado no está preparado técnicamente para abordar esta tarea, no son informáticos.
La solución es compleja, o se combinan plataformas con otras herramientas y contenidos externos que ofrezcan las posibilidades que no dan las plataformas o se crea un entorno en el que el profesor sea capaz de crear su propia plataforma, cosa que veo muy difícil.
Creo que las plataformas son muy rígidas y aunque ofrecen buenas funcionalidades atrapan al profesorado en su contexto haciendo muy difícil que pueda salir de él. Disponer de un entorno en el que el profesor sea capaz de construir su propia plataforma lo veo en estos momentos totalmente inviable por la falta de preparación técnica del profesorado a este respecto que, como he dicho antes, no son informáticos.
Uno de los problemas más graves de la educación actual es su separación del mundo real. Hay un mundo ahí fuera, pero el que se desarrolla dentro del aula es completamente diferente.
Internet nos ofrece una magnífica posibilidad de romper esa barrera, pero el uso de plataformas (al menos el uso mayoritario que veo que se hace, que no es el ejemplo minoritario que expones) se limita a construir en internet una nueva aula con sus paredes de siempre, aunque virtuales, lo que no supone una apertura a la realidad exterior, ni el intercambio, ni la construcción de conocimientos, ni la intervención activa en la sociedad, … Vamos, que suele ser más de lo mismo.
Qué interesante 😉
María, de todas formas, ni para procesos de elearning reglados se hace «necesaria». En estos casos las plataformas son bastante útiles, pero también es muy factible, y necesario en algunos casos, hacerlo fuera de ellas.
En el otro extremo, yo he usado mucho las plataformas apoyando procesos presenciales, sólo como punto de partida y de encuentro. La Red era donde se desarrollaba la actividad, pero en la plataforma, el alumnado sabía que podía encontrar los objetivos planteados, el feedback a su trabajo, el resultado de la evaluación. Es decir, la plataforma complementa informativamente la actividad, no la organiza.
Juan José, totalmente de acuerdo.
Esta discusión, ya sabéis, lleva tiempo en la sombra… Y ya era hora de que saliera a la luz. Como siempre, Aníbal es un buen termómetro de por dónde van las tendencias -a mi parecer- en educación. Ya hizo lo mismo en la Moodlemoot Euskadi, cuando citó que por ahí había algo que se llamaba conectivismo (http://www.nodosele.com/blog/2009/05/19/moodlemoot-euskadi-2009-i-¿herramientas-o-metodologia/)… y ahora vuelve a hacerlo con el asunto del dilema de la apertura (http://www.slideshare.net/dvidal/el-dilema-de-la-apertura-mm09key).
Sólo dos enlaces al respecto:
George Siemens y Mr. Dougiamas discuten sobre este tema aquí: http://www.connectivism.ca/?p=192
En nodos_ele también llevamos tiempo discutiendo el asunto (http://www.nodosele.com/blog/2009/11/11/¿que-pasara-con-moodle-dentro-de-unos-anos/).
Estoy con Juan José
Así como en la educación a distancia se hace necesaria una plataforma a través de la cual organizar y estructurar la tarea, en la educación presencial me parece absurdo su uso, pues ya existe un aula física.
La utilización de internet en ese caso se debe adaptar al uso que se realiza en la vida real, no limitada y encorsetada entre las paredes de un aula.
Hola Aníbal,
Pues desgraciadamente yo creo que sí. Y digo desgraciadamente porque el atractivo de estas plataformas es indudable. Pero lo que hacen es incorporar a la educación tradicional medios tecnológicos y aunque permiten cierto grado de interactividad sólo difícilmente puede uno salirse del guión.
También hay que distinguir entre el tipo de formación que se hace, si es exclusivamente online es casi forzado su uso, aunque soy de la opinión de que debe mezclarse con otros medios propios de la web social.
Si la formación es presencial (o semipresencial) entonces creo que es preferible utilizar otros medios y, quizás puntualmente, una plataforma (aunque entonces el esfuerzo que supone ésta probablemente haga que no merezca la pena).
La plataforma es control, orden y jerarquía. La web social es caos, colaboración y sobreinformación.
La plataforma es la clase cerrada y la web social es la vida y la sociedad misma.
¿Dónde preferimos educar y para qué queremos hacerlo? La respuesta no es irrelevante y determinará lo que se desee utilizar.