Aunque no lo creas, faltan aún 3 meses para las próximas elecciones municipales; sí, parece mentira viendo cómo está el patio, da la sensación que estuviéramos en los 15 días previos de campaña electoral. Los partidos políticos están ya avivando la lumbre a base de golpe de fuelle, ojalá no termine quemándoles el fuego, los necesitamos sanos para la próxima legislatura, sea cual sea el papel que a cada uno le toque desempeñar.
No voy a ser yo quien pretenda dar consejos o lecciones a nuestros candidatos y sus equipos, me merecen todo el respeto del mundo, me resulta loable su opción de trabajar para su pueblo, nuestra ciudad, y el muy alto el precio personal que en ello les va. No corren buenos tiempos para la crítica razonada o el argumento, es el desprestigio personal y el insulto mordaz lo que parece prevalecer. Me entristece mucho cuando lo usan los políticos entre sí, de la misma forma que cuando son sus vecinos quienes les atacan a ellos de forma personalmente incompasiva.
Muchas personas se transforman cuando aterrizan en las redes sociales, parece un juego al más puro estilo del doctor Jekyll y Mr. Hyde. Pero la clase política no ha entendido tampoco aún el lenguaje de ese mundo digital, aunque piensan que es ahí donde se ganan las elecciones, sin reparar que es ahí quizás también donde se pierden si no lo sabemos gestionar.
Por mi parte, como simple ciudadano de a pie voy a mirar con lupa cada uno de los programas electorales, ya lo hice en 2019 publicando en Internet incluso una comparativa entre todos ellos. Voy a ejercer mi derecho a pensar en una Palma del Río del futuro que ojalá pueda llegar a disfrutar. De todas formas, me gustan los proyectos a medio/largo plazo, donde las fichas se muevan siempre como respuesta a objetivos generales. No me importa tanto que no llegue a ver yo realidades cumplidas en mi ciudad si a cambio las llegan a disfrutar las generaciones venideras de forma sólida. Pensar en un modelo de ciudad es algo mucho más complejo de lo que nos pensamos y no es algo que se pueda hacer en un par de semanas, ni entre 4 o 5 personas. Pero para mi es esencial saber que los que nos conducen tienen siempre en el horizonte el punto al que dirigirse, aunque haya que girar o cambiar de camino a veces.
No compraré promesas que no se puedan cumplir, pero tampoco programas que pequen de generalidades y no aterricen en medidas concretas para mi pueblo. La política tiene mucho de ideas, pero también de capacidad de hacerlas realidad; no es bueno ser magníficos gestores de tristes ideas como tampoco lo es ser perfectos soñadores sin saber lo que hacer al despertar.
Y por último y no menos importante, también tendré muy en cuenta en estos tres meses a quienes DEMUESTREN que llevan el respeto, la ética, la tolerancia y la razón por bandera. Quizás, para esto, no sea necesario leer programas, a veces basta con mirar a los ojos.
Salud para todos!!!