Matemáticas y belleza

Es posible que no tengas buenos recuerdos de las matemáticas en tu etapa escolar, o que pienses que no se te dan bien, o que creas que no sirven de mucho.

Más allá de que te gusten más o menos las mates, no puedes negar que son el pilar fundamental del resto de ciencias y, por tanto, de  la mayoría de cosas que nos rodean. Sin matemáticas no habría física que nos trajera la luz a casa, ni ingeniería capaz de construir nuestros vehículos, ni medicina capaz de curar la mayoría de nuestras enfermedades.

Pero más allá de reconocer su utilidad me gustaría decirte que, con la ayuda de alguien adecuado, podrías comprender que las matemáticas, son además, extremadamente bellas.

Leonardo da Vinci utilizó las proporciones áureas en su famosa pintura «La Última Cena». La figura central de Jesús se encuentra en el llamado punto de oro, y las líneas que se extienden desde los puntos de oro conectan a los personajes en la pintura. En resumidas cuentas, hay figuras que simplemente por sus proporciones entre largo y ancho nos pueden resultar de mayor belleza. Por cierto, la cabeza de la Gioconda también se encuentra en el punto de oro en relación con la esquina de su boca o el centro de su mano. Muchas son las obras de arte que responden a esta estructura, “La escuela de Atenas» de Rafael, «El nacimiento de Venus» de Sandro Botticelli o incluso «La noche estrellada» de Vincent van Gogh.

Por otro lado, la bella música del compositor Juan Sebastian Bach está plagada de simetrías y patrones matemáticos. Bach era un maestro del contrapunto y utilizó reglas matemáticas para asegurarse de que las diferentes voces en sus obras armonizaran correctamente y crearan un efecto musical coherente. También utilizó simetría y proporciones matemáticas en sus estructuras musicales.

Sabes?, Si observas de cerca un tipo de brócoli llamado romanescu, te darás cuenta que parece estar formado por brócolis más pequeños, que a su vez vuelven a estar formados por brócolis aún más pequeños. Pues ese tipo de estructuras las estudiamos los matemáticos, se llaman fractales. los copos de nieve o la estructura de muchas plantas como los helechos siguen este tipo de estructuras de tipo fractal.

Pues sí, belleza y matemáticas no están reñidas y hasta en un brócoli podemos encontrarlas. Al fin y al cabo la belleza puede estar en los lugares más insospechados, solo es cuestión de ponerle a las gafas el cristal con el color apropiado.

Salud para todos!!!

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