Algo parecido a esto, pero menos drástico, me pasó a mi con un dibujo que mi hija, cuando pequeña, hizo de su familia a petición de su maestra. Aparecía Mª José con el pequeñín en brazos cocinando al mismo tiempo y ella jugaba a sus pies, mientras que yo me estiraba completamente en una fantástica cama; ni intenté explicarle a la maestra que yo era de los que compartía tareas domésticas, me suponía la irónica sonrisa que me podría estar esperando.
Gracias, Julio 😉