Estamos entrando en 2023, es momento de crear propósitos, marcarnos objetivos, proponernos cosas. Vivimos en la época del “Si quieres, puedes”, una frase que forma parte de una corriente actual de algo llamado coaching que, con poca o ninguna base científica, intenta vendernos la idea de que basta con tener sueños y luchar por ellos para que se conviertan en realidad.
Pienso que este optimismo personal o social tan exagerado y tan usado en diversos contextos es una fuente de frustración constante en muchas personas. Provoca una euforia temporal que tarda en desmoronarse el mismo tiempo que empleamos en darnos cuenta de cuáles son nuestros límites. Las falsas expectativas no son buenas compañeras psicológicas. Sin embargo, conocer dónde se encuentran nuestros límites y dificultades sí puede ser una buena ayuda para superar determinadas barreras, puede ser la única forma de disfrutar de lo que somos y poder así crecer o superarnos.
Odio el humo que nos venden muchos gurús de pacotilla sobre la superación personal. Es como si todos tuviéramos que tener una bestia interior capaz de olvidarnos de cómo somos o capaz de pasar de nuestras enfermedades. Bestia que nos tiene que poner a perseguir sueños imposibles.
A ver, reconocernos como personas, descubrir nuestras capacidades, reconocer nuestras limitaciones o incluso adivinar nuestros defectos es un camino constante. No sé si en él estará la felicidad, pero al menos nos ayudará a pisar terrenos más estables y menos charcos llenos de fango.
Siempre es bueno marcarse objetivos, intentar nuevos propósitos. Pero quizás deberíamos no ser demasiado ambiciosos para evitar fracasos… ¿qué tal caminar más durante 2023, o intentar empatizar con los que están a nuestro lado, o disminuir las horas de móvil que consumimos, o leer un poco, o sonreír más, o ensuciar menos nuestros campos? Lo consigáis más o menos, yo al menos os deseo, como siempre, salud para todos!!!