Creo que no queda edificio público aquí, en Andalucía, que a estas alturas no haya hecho uso ya de los sistemas de climatización; en un par de semanas no habrá edificio público o comercio en el que se pueda respirar sin estar en marcha los aires acondicionados. Se ha convertido en algo indispensable e inevitable en nuestra sociedad, de la misma forma que en otras latitudes no se piensa en construir ningún edificio que no incorpore sistemas de calefacción.
Bueno, tan sólo una excepción: los calendarios escolares cada vez se estiran más y nuestros pequeñines y no tan pequeñines permanecerán en sus colegios hasta el 23 de junio y a partir del 15 de septiembre, soportando durante muchas horas al día temperaturas cercanas a los 40; y ellos NO, no tienen derecho, según el Ayuntamiento de Sevilla, a poder estar en condiciones de habitabilidad mínimamente soportables; como los aires acondicionados consumen mucho y cuestan muy caros, el Ayuntamiento de Sevilla prohibe terminantemente su instalación en colegios e institutos.
Pero no pasa nada, se permitirá el uso de ventiladores de pie en las aulas y, por tanto, las instalaciones municipales gozarán de la energía necesaria para tener sus traseros bien fresquitos.