Tenemos que pararnos más, ¡hazlo despacio!

Llevo un par de días con un escueto «Hazlo despacio» como mensaje personalizado en mi cuenta de Gmail, probablemente como sugerente pero inalcanzable principio laboral. Lema de uso extendido en argot taurino también está presente como motor para alargar experiencias placenteras como las sexuales o gastronómicas; sí, tenemos excepciones, como Carl Honoré que como revolucionario de la lentitud puede, hasta prescindir de reloj.

Recuerdo haber conocido una vez en televisión la existencia de una asociación que promueve este principio como motor de salud física y mental. Mientras, el resto de la humanidad seguiremos haciendo de la prisa y el estrés, el modo de vida por excelencia; y hasta la prisa callejera nos puede privar en ocasiones de disfrutar de algún rincón especial, o cara maravillosa, o aroma esencial, o hasta de la inmensidad de una obra de arte…

Luc Tuymans es uno de los pintores contemporáneos más importantes e influyentes, belga y de cotización millonaria. El mes pasado lo han sacado de sus habituales MoMA y derivados y lo han puesto a pintar en la calle, desplegando en tan elemental medio toda su capacidad artística para que el 96% de los viandantes pase completamente de largo:

Me ha recordado este experimento a otro realizado con Joshua Bell, uno de los violinistas más famosos de la actualidad, que en enero de 2007 estuvo tocando en hora punta en la estación de L’Enfant Plaza, epicentro del Washington federal, con un Stradivarius de 1713 valorado en 3,5 millones de dólares; eso sí, obtuvo en propinas la friolera de 32 dólares. Ya os podéis imaginar también el resultado


3 comentarios en «Tenemos que pararnos más, ¡hazlo despacio!»

  1. Bueno, tampoco creo que más del 4% de la gente que pasa por delante de un MoMA entre a visitarlo.

    He visto que tienes enlazado mi post sobre Tuenti. Lo despubliqué porque quien lo leía lo malinterpretaba, tendré que rehacerlo. Ahora he visto que el permalink se mantiene. La verdad es que el fenómeno es para pararse a reflexionar. Lo último que se me ha ocurrido es abrir una cuenta de Tuenti del instituto. Tenemos mucho que aprender de estos inventos…

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  2. Aníbal, tu entrada me ha traído a la memoria un excelente poema de Ángel González:

    Quédate quieto

    Deja para mañana
    lo que podrías haber hecho hoy
    ( y comenzaste ayer sin saber cómo).

    Y que mañana sea mañana siempre;

    que la pereza deje inacabado
    lo destinado a ser perecedero;
    que no intervenga el tiempo,
    que no tenga materia en que ensañarse.

    Evita que mañana te deshaga
    todo lo que tú mismo
    pudiste haber hecho ayer.

    ¡Que lo disfrutes!

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